Os traemos la ya típica noticia de baterías revolucionarias de la semana, y primera de 2013, pero ya os aviso de entrada que no os hagáis muchas ilusiones porque a las baterías de magnesio-aire les queda un largo camino por delante si es que llegan al final a algún sitio.
El KIST, Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología en sus siglas en inglés ha desarrollado una tecnología de baterías de magnesio-aire que ha permitido viajar a un pequeño coche eléctrico con una sola carga la distancia que separa la capital Seul de la ciudad de Busan, unos para nada míseros 800 kilómetros.
El Dr. Cho Byung-won, del Centro de Investigación de Convergencia de Energía, un subgrupo del KIST, ha dirigido el equipo. Esta es la primera prueba en carretera de un vehículo a base de baterías de magnesio-aire, las cuales tienen un ánodo de magnesio y como cátodo emplean el propio oxígeno que toman del aire circundante. El mayor logro de la batería es una capacidad de almacenamiento 5 veces superior a las baterías convencionales de iones de litio. No obstante no se especifica cual es esa supuesta capacidad específica ni cuantos kwh llevaba realmente el vehículo.
La mayor energía específica (wh/kg) de este tipo de batería ya se conocía pero la clave ha sido lograr que la batería pueda entregar la suficiente potencia ya que el ánodo de magnesio tiene una velocidad de respuesta muy baja. Algo parecido a lo que pasa con las baterías de Zinc-Aire, mucha capacidad pero poca potencia. Por ello los investigadores se han centrado en modificar la química del ánodo de magnesio y mejorar la eficiencia y velocidad de la reacción hasta alcanzar una capacidad de descarga del doble de las baterías convencionales. De nuevo no se específica cual es esa potencia de entrega exactamente.
Vale, ¿pero donde está el truco? Pues el truco es que para recargarlas hay que hacerlo mecánicamente, literalmente reponer las placas de magnesio y el electrolito de agua salada, por lo que el coste de cada recarga sería fácilmente el triple de lo que costaría moverse con su equivalente térmico. No obstante el Dr. Cho afirma, como no, que en un futuro ese coste se podría ver muy reducido si se dan con técnicas viables de tratar y reciclar el hidróxido de magnesio.
Solo voy a añadir que en caso de usarse estas baterías seguiríamos atados a ir a una electrolinera especializada en la que de alguna forma alguien o algo nos cambie las placas de magnesio, extraiga el electrolito gastado y lo sustituya por uno nuevo. De todas formas esto ya ocurría con las baterías de Zinc-Aire hace años cuando solo se podían recargar mecánicamente y al final se encontró la forma de recargarlas electricamente como cualquier otra batería así que esperemos que algún genio de con la forma de repetir la hazaña con el magnesio, que es mucho más abundante y estable que el litio.
Esperemos que continúe la investigación y se puedan abrir nuevas vías que hagan verdaderamente posible quintuplicar la densidad de las baterías actuales. Yo se lo he pedido a los Reyes Magos. A mi litio, magnesio, zinc, sodio, aluminio… me da igual. Pero que alguien llegue a los 500 wh/kg, 3000 ciclos y a 100 euros el kWh antes de 2020. ¿Es pedir mucho?
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Fuente | EVN
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