Un tercio de los vehículos que forman la flota de la policía local de Alicante se encuentra en estos momentos inutilizada por que el ayuntamiento de la localidad no tiene dinero para afrontar sus arreglos. De esta forma los servicios de patrulla se encuentran bajo mínimos en una situación que afecta de forma muy especial a las zonas rurales y los barrios, a donde apenas pueden llegar los policías.
La situación ha llegado a un punto tan absurdo que incluso los agentes se están viendo obligados a realizar sus labores a pié, lo que resulta en un peor servicio para los ciudadanos que se ha visto culminado con el anuncio por parte del consistorio alicantino del gasto de 200.000 euros en nuevos coches y motos, todos modelos con motor de combustión.
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| Nissan Leaf usado por la policía de Portugal |
Sin duda se trata de un ejemplo de lo más gráfico donde los vehículos eléctricos podrían ofrecer una solución de movilidad a unos ayuntamientos incapaces de afrontar con sus fondos los gastos de mantenimiento de los vehículos municipales, y que deben acudir a su endeudamiento para adquirir nuevos modelos que no harán más que aplazar un problema donde los coches y las motos eléctricas ya podrían ofrecer una solución a gran parte de las necesidades de movilidad de las fuerzas de seguridad, sobre todo en cuanto a labores de vigilancia en el centro urbano y los barrios, pudiendo dejar algunos modelos con motor de combustión para esos casos aislados donde haga falta un extra de autonomía.
Y es que hay que ser realistas, pocas veces un coche de la policía debe realizar una persecución, y menos mantenerla durante decenas de kilómetros, por lo que la autonomía de los actuales vehículos, ayudado con recargas parciales a lo largo del día, debería ser más que suficiente para cubrir las necesidades reales.
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| BSG Generation preparada para la policía |
A cambio de un coste inicial más elevado, los presupuestos de los años siguientes se verán liberados tanto del enorme gasto en combustibles que cada año se comen los vehículos municipales, como el mantenimiento, muchas veces mal gestionados resultan una carga insoportable para las arcas públicas como las del ayuntamiento de Alicante, a lo que tenemos que sumar una reducción de las emisiones contaminantes y un ejemplo para el resto de conductores de que los coches eléctricos son una realidad.
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Fuente | La verdad
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