Tener un coche eléctrico en esta primera fase del desembarco de la tecnología es como ser un pionero, eres una persona diferente que se ha salido de la línea habitual y se ha convertido en un auténtico creyente en esta tecnología. Por eso, como eres diferente tienes una forma diferente de ver las cosas y tiendes a repetir las mismas frases una y otra vez cuando hablas con otras personas ajenas a este mundo, unas explicaciones que se han convertido en parte de tu vida.
Los coches eléctricos son silenciosos y entregan su par desde cero revoluciones, son dos de los aspectos que mejor describen a un coche eléctrico y que más lo diferencian de uno con motor de combustión, un aspecto al que habría que añadir la suavidad con la que puedes circular, incomparablemente mejor incluso que circulando en un coche con un cambio automático de doble embrague, algo que hay que vivirlo y que no es sencillo explicar.
La segunda cuestión es que un coche eléctrico tiene poca autonomía, pero realmente tu recorrido diario no suele pasar de 40 kilómetros diarios en el peor de los casos, por lo que la autonomía es más que suficiente para cubrir la mayor parte de tus necesidades de movilidad, y puede que no tenga 800 kilómetros como un diésel, pero ¿cuantas veces al año has utilizado esa autonomía?
En este punto puede ser donde mayor distancia puede existir entre una persona a favor de los eléctricos y un escéptico, pero se puede zanjar con unas tablas ya que ni el coche eléctrico podrá andar 800 kilómetros sin recargar hasta dentro de varias décadas, pero un coche con motor de combustión nunca podrá recorrer 100 kilómetros con apenas 2 euros.
El mantenimiento de mi coche es casi nulo. Sin duda una frase que muchos usuarios de coches con motor de combustión no acabarán de entender incluso aunque se lo repitas varias veces, y es que a diferencia de un coche diésel, el eléctrico desde que sale del concesionario podría no necesitar volver en toda su vida útil nada más que a cambiar piezas de desgaste, como ruedas, pero incluso otras como las pastillas de freno sufren hasta un 80% menos de degradación gracias al uso del freno regenerativo. Pero el listado de elementos que pasan a la historia es muy largo, comenzando por los cambios de aceite y filtros, siguiendo por la correa de distribución, manguitos…y la famosa junta de la trócola, que siempre se estropea en el peor momento.
La recarga de un coche eléctrico es más sencilla que el repostaje de un coche con motor de combustión. Y es que para aquellos que hemos vivido las dos situaciones, vemos que conectar una toma en un enchufe es mucho más fácil que repostar un coche en una gasolinera, además mientras que con la recarga pagaremos unos céntimos el kilómetro, en la gasolinera esa cifra se multiplica hasta la cantidad que a la petrolera le de la gana, por lo que es más fácil tanto física como psicológicamente recargar que repostar.
Los elevados tiempos de recarga. Sin duda una de las frases que más escuchan los que conducen un coche eléctrico, pero que puede ser respondida con la estadística de que el coche suele pasar más del 95% de su vida útil parado, tanto en el garaje de nuestra casa, en el trabajo o en la calle, tiempo de sobre para recargar cada día varias veces la batería de forma completa.
La recarga gratuita. A todos los anteriores motivos, podemos sumar la satisfacción y la tranquilidad de recargar en puntos donde en una primera fase es totalmente gratuito, una sensación de liberación que es imposible obtener con un coche con motor de combustión y que sólo los usuarios de coches eléctricos pueden entender, por eso muchas veces podemos decir ¿puedes repostar gratis en alguna gasolinera?
Los coches eléctricos favorecen las energías renovables. Este es otro aspecto donde entra en juego la responsabilidad económica y ambiental del dueño de un coche eléctrico, que sabe que con su recarga nocturna estará apoyando el incremento de la rentabilidad de energías como la eólica, mientras que otros piensan en la instalación de paneles solares como una solución para lograr la independencia energética a medio plazo, lo que impulsará esta tecnología a un nuevo nivel.
Un coche eléctrico puede ser mucho más caro, y tener menos autonomía, pero lo compensa proporcionando una enorme satisfacción a su propietario en el día a día, que disfruta con una conducción silenciosa, suave y económica, todo lo que un conductor podría soñar para un coche.
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Fuente | Plugincars
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