Con el agresivo diseño de la Empulse, Brammo pretende evolucionar la moto eléctrica más allá de la mera novedad, a un estatus de objeto de deseo, capaz de producir las sensaciones que los motoristas demandan. Al final, parece que la estrategia de Brammo no podía ser más acertada.
Tras un largo período de gestación seguido de una presentación inicial en 2010, el fabricante de motos eléctricas establecido en Oregon (EE.UU.), está a pocas semanas de empezar la producción de los esperados modelos Empulse y Empulse R.
Durante todos estos meses de desarrollo, Brammo se hizo con el apoyo financiero de Polaris, que recientemente se ha abierto camino en la industria de la motocicleta con su gama de motos Victory, además de haber adquirido la marca histórica Indian.
Tras la presentación del primer prototipo de la Empulse en 2010, que incluso llegó a participar en competición, el equipo de desarrollo tuvo que afrontar una tarea compleja: incorporar una caja de cambios. Este profundo cambio en la hoja de ruta supuso rediseñar completamente la moto, así como repensar su funcionamiento.
Añadir marchas a la Empulse conseguiría mayor visibilidad, si cabe, en un nicho de mercado donde la gran mayoría de modelos emplean transmisiones de relación fija, basándose en el abundante par y en la entrega lineal de potencia de los motores eléctricos. Simplificar el diseño y reducir costes parecen premisas coherentes cuando se trata de un elemento superfluo.
Sin embargo, hay razones de peso más allá de la técnica. Tal como explica Craig Bramscher, CEO de Brammo, satisfacer a los entusiastas del motociclismo de toda la vida, tenía que ser una buena idea. «La gente tira de embrague, y sino está ahí y eres un consumado motorista, algo no termina de encajar». Al final, Brammo decidió montar una compacta caja de 6 velocidades fabricada por IET.
La Empulse tiene aspecto y tamaño similar a una naked de 600cc, con un diseño minimalista que el propio Bramscher reconoce estar inspirado en los productos de Apple, donde es la batería la que roba todo el protagonismo. Inicialmente la idea era ofrecer 3 modelos con diferente capacidad de batería, escalando la autonomía según el presupuesto de cada usuario, pero finalmente se ha optado por emplear únicamente la de mayor capacidad: 10,2 kWh.
Una trampilla sobre la caja de baterías dará a los usuarios el familiar aspecto del depósito de combustible, donde se esconde un conector SAE J1772 de recarga, asemejando de este modo la recarga con el repostaje.
Otro aspecto que se ha tenido en cuenta durante el refinamiento del primer prototipo ha sido la incorporación de estribos para el acompañante, así como un asiento moldeado en doble altura, lo que dará visibilidad y confort al pasajero. No hay ningún tipo de hueco donde transportar objetos, sin embargo existirá la posibilidad de montar maletas y otros accesorios de la mano de Givi.
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Fuente | Digital Trends
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