Según un artículo de El País, en Barcelona hay 149 postes de recarga para solamente 73 vehículos eléctricos matriculados, lo que supone un enorme gasto para el ayuntamiento y las empresas relacionadas pero que no tiene respuesta en cuanto a las ventas a particulares. Según su teoría, la razón para que en España solamente se hayan matriculado 512 coches eléctricos entre 2011 y 2012 se debe principalmente a la falta de infraestructuras de recarga, algo que no sucede en Barcelona pero donde tampoco ha despegado el número de matriculaciones.
Pero olvidamos que se trata de una infraestructura en su mayor parte de reciente instalación y principalmente destinada a las motocicletas, que según las estadísticas si han aumentado sus cifras este año hasta un 65% durante el primer trimestre, lo que nos puede indicar que el esfuerzo para la instalación de puntos de recarga no tiene un efecto inmediato ya que normalmente nadie se compra un vehículo de forma impulsiva, y esta llega después de un periodo de deliberación y estudio de las posibilidades.
Desde al ayuntamiento de Barcelona se defiende la inversión en puntos de recarga tanto para servir como incentivo a la compra de este tipo de vehículos, pero también como polo de atracción de una nueva industria que está floreciendo con la electricidad como hilo conductor y que ha encontrado en Barcelona y sus alrededores un caldo de cultivo muy interesante para desarrollar sus proyectos.
Jordi Castells, técnico en transporte y movilidad del Instituto Catalán de Energía, recuerda que estas instalaciones no cuestan un euro a la administración local y son empresas del sector las encargadas de su instalación y mantenimiento, una estaciones que tienen un objetivo de visualización destinada a incentivar la compra de vehículos eléctricos.
Para muchos el coche eléctrico no está preparado para un asalto masivo al mercado, pero debemos recordar que en los lugares donde más se ha apostado por una red de recarga, como es California, las ventas de coches eléctricos son las más elevadas de todo Estados Unidos, mientras que en Europa encontramos ejemplos como Noruega, que ha apostado muy fuerte por la movilidad eléctrica y modelos como el Mitsubishi i-Miev ha matriculado en unos meses más de 1.000 unidades, mientras que el Nissan Leaf ha logrado esa cifra en apenas 90 días a la venta.
Por lo tanto, está claro que en estos momentos las infraestructuras de recarga pueden parecer un despilfarro de dinero, pero se trata de una inversión a medio y largo plazo que servirá para animar a los primeros compradores a lanzarse a la adquisición de un vehículo eléctrico, y con cada venta se pone en marcha toda una maquinaria publicitaria del boca a boca que desemboca en otras muchas ventas, pero claro, esto solamente se logra con una mínima infraestructura de recarga, aunque no se use.
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Fuente | EL País
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