Uno de los principales problemas de los coches eléctricos son los elevados tiempos de recarga, un aspecto donde los puntos de recarga rápida pueden jugar un papel crucial, como hemos podido comprobar durante nuestra prueba con el Citroën C-Zero. El principal inconveniente es que estas salidas de alta capacidad, pueden suponer a medio plazo un problema para la red eléctrica por su fuerte demanda. Para remediarlo, una empresa norteamericana ha tenido la idea de dotar a sus estaciones de recarga con una batería capaz de almacenar la energía, por ejemplo durante las horas valle, para liberarla durante el día y rebajar el esfuerzo al que se somete a la red pública durante una de estas recargas.
Con una potencia de salida de 50 kW y 125 amperios, este punto nos permite recargar los 24 kWh de capacidad de la batería de un coche como el Nissan Leaf en poco más de media hora sin un impacto importante sobre la red, ya que puede relajar la tensión hasta unos más manejables 20 kW.
Este tipo de instalaciones pueden parecer algo exageradas en estas primeras fases donde apenas hay vehículos por las carreteras, pero sin duda supondrán una excelente alternativa en un periodo relativamente corto de tiempo para evitar que varios cientos o miles de coches eléctricos colapsen la red al recargar de forma simultánea sus baterías mediante un punto de recarga rápida.
Desconocemos un aspecto fundamental para valorar correctamente este elemento, y es su precio, un aspecto ya de por si elevado en un punto de recarga de estas características, y que contando con una batería de respaldo, debe aumentar sus costes de forma considerable.
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Fuente:
Wired
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