El presidente de los Estados Unidos había prometido que gracias al agresivo plan de ayudas a la compra de coches eléctricos, estos llegarían a 1 millón para el 2015, pero las ventas han sido menores de lo esperado. Quedan tres años para alcanzar esa fecha y de momento apenas son unas pocas decenas de miles las unidades que recorren las carreteras norteamericanas, por lo que ha decidido contraatacar y lanzar una nueva propuesta, aumentar los 7.500 dólares actuales que puede recibir como máximo un coche, hasta los 10.000 dólares, en un intento por rebajar el que para muchos es el mayor impedimento para la adquisición de un coche enchufable.
Al miso tiempo propone reducir las ayudas a la industria del petróleo en unos 4 mil millones de dólares (3.000 millones de euros) dinero que sería invertido en el sector de los coches eléctricos. Se trata de una ambiciosa medida que los críticos han tachado de electoralista, y es que no olvidemos que el próximo mes de noviembre, hay elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Sea la razón que sea, lo que está claro es que una ayuda extra supondrá un pequeño empujón a las ventas, aunque como hemos podido ver en los últimos meses, el problema no es la demanda, el problema es la producción, ya que los fabricantes de coches eléctricos están vendiendo todo lo que fabrican, precisamente por que logran sacar muy pocas unidades de las pocas plantas preparadas para ello.
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Fuente:
The Washintong Post
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