Dentro de un marco de reducción de gastos, el nuevo gobierno del Partido Popular ha aprobado en consejo de ministros un nuevo plan de promoción de los coches eléctricos que ha visto rebajada su cuantía de los 49 millones del pasado 2011, a los 10 millones de este año. Según el Ministro de Industria, este recorte no afectará a las cuantías máxima que recibirán los vehículos eléctricos, que podrán acceder a los 6.000 euros vigentes hasta el momento, con un máximo del 25% del coste antes de impuestos, una cifra que crece hasta el 35% si el vehículo incluye las baterías en régimen de alquiler.
En cuanto al plazo de vigencia de este plan, de nuevo se recurre a un periodo de menos de 12 meses y estas estarán en vigor desde el pasado 1 de enero hasta el 30 de noviembre, quedando el mes de diciembre otra vez sin regular.
Como ejemplo encontramos el programa de ayudas del gobierno norteamericano, que a falta de aprobación, propone unas ayudas de hasta 10.000 dólares por vehículo y dentro de un plan de cuatro años de duración.
Por supuesto, somos conscientes de que estamos en época de recortes, pero no creemos que recortar en el impulso a los coches eléctricos sea una manera de ahorrar dinero, ya que provocará una ralentización del despliegue de una tecnología que nos ayudará a reducir nuestra dependencia energética, y de paso a incentivar la creación de empleos.
Lo que si debería afrontar la administración de forma urgente es un cambio de modelo en la entrega de las ayudas, ya que se trata de un proceso que realiza una empresa privada, donde los gastos de gestión y los tiempos de entrega suponen un quebradero de cabeza para muchos compradores, que en ocasiones deben esperar meses para recibir su correspondiente ayuda.
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Fuente:
El economista
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