Son 22.000 los famosos «black cabs» que circulan por las calles de Londres a diario, siendo los responsables del 20% de la polución dentro de la ciudad, 16.000 toneladas de CO2 al mes, que han convertido a la capital británica en una de las más contaminadas de Europa. Es por eso que los responsables del tráfico de Londres llevan tiempo estudiando el reto de de cambiar esta flota por modelos totalmente eléctricos, un desafío que debe solventar algunos inconvenientes.
El primero es el de la autonomía de los vehículos eléctricos en la actualidad y es que un taxi en Londres recorre una media de casi 200 kilómetros diarios, una cifra que las actuales baterías no son capaces de satisfacer sin ver disparado su precio y peso.
El segundo es el tema de la recarga, un asunto donde el cambio de baterías gana terreno cada día gracias a tratarse el sector del taxi de un gremio organizado que puede disponer de una base donde almacenar, recargar y cambiar las baterías. Además de la conocida Better Place, son varios los proyectos que están en marcha en todo el mundo e incluso en nuestro país, hay alguna empresa que está preparando su propia tecnología que sin duda encontrará en el gremio de los taxistas un excelente caldo de cultivo, unas iniciativas que conoceremos proximamente.
Además de Londres, otras ciudades están probando la capacidad de los coches eléctricos para dar servicio como taxis, como Nueva York, que dispondrá este mismo año de una pequeña flota de Nissan Leaf y NV200 eléctricos, o la ciudad china de Shenzhen, donde BYD lleva más de un año realizando una exitosa prueba con su eléctrico E6.
Fuente:
Ecovelocity
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