El 30 de Julio de de 1971 pasó a la historia de la humanidad, y de la automoción, como la fecha en la que el primer coche circulaba por terreno lunar, el Rover 1. Un vehículo destinado a facilitar los desplazamientos de los astronautas por nuestro satélite y que había sido diseñado conjuntamente entre Boeing y Delco Electronics. Su coste fue, nunca mejor dicho, astronómico ya que ascendió a nada menos que 25 millones de dólares de la época, en la que un coche de gama media alta podía rondar los 3.000 dólares, y que por supuesto apostaba por la motorización eléctrica.
Esta constaba de cuatro motores alojados cada uno en una rueda y que le daban una potencia total de 1cv, suficiente para moverse con soltura dado que la gravedad lunar es casi seis veces inferior a la tierra. Estaban alimentados por dos baterías de 36 voltios, más otra de reserva, que le proporcionaban una autonomía aproximada de 180 kilómetros. A pesar de esta envidiable cifra, al final de su misión solamente había recorrido 27.9 kilómetros.
El Rover 1 no daba lugar a ningún tipo de lujo y estaba formado por un chasis de aluminio con cuatro ruedas y dos asientos. Por su parte las dimensiones totales al ser desplegado eran de 3,10 m de longitud, 1,80 m de anchura y el peso era de 181 kg en vacío.
Tampoco se libró de las teorías de que la llegada del hombre a la Luna fue un montaje y muchos usaron precisamente la presencia de este en el satélite para querer demostrarlo.
Fuente:
wikipedia.org
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