Este es un histórico de las experiencias vividas a los mandos del pequeño eléctrico Reva durante una semana para comprobar como es la vida con un coche eléctrico en las calles de nuestras ciudades a día de hoy y que supone la continuación del artículo Una semana con el Reva.
Debido a que un servidor no dispone de aparcamiento, he alquilado una plaza en el parking de Països Catalans en Badalona. Las tarifas para varios días son muy caras, pero no cobran por la electricidad, al menos de hasta ahora. En ningún momento las plazas fueron ocupadas por otro vehículo eléctrico y parece ser que el Reva-i ha sido el primer vehículo en utilizar una de dichas plazas (cinco en total).
Día 1 lunes
Salgo desde Sabadell. Es de noche; según me comentan, no tengo que preocuparme por el consumo de ir con las luces puestas. Pongo la llave en el contacto, la giro y las luces del panel se encienden al comprobar el estado del coche. Se encienden unos pequeños ventiladores en la parte trasera, donde se localiza el motor y el controlador -inversor-. Éstos permanecen siempre encendidos cuando el coche está en marcha, pero apenas se aprecian. El viaje me lo tomo con calma, sin prisa por llegar. Me hago rápidamente con el coche. La dirección es bastante directa y con el coche totalmente parado cuesta más girar, pero nada exagerado -el coche tiene un peso contenido que apenas supera la media tonelada-. En cuanto se encuentra en movimiento no hay problemas para mover el volante con una mano y tomar curvas sin mayores problemas. El pequeño pero grueso volante ayuda a girar rápidamente y maniobrar por ciudad.
El tacto del freno se aprecia muy mecánico y actúa desde el primer roce con el pie; se nota que es un freno sin asistencia, pero frena muy bien, al menos circulando a baja velocidad. Como nota, comentar que he probado otros frenos similares, como los del Tazzari Zero. El del Reva-i es más suave y no hace falta pisarlo muy fuerte. Por el contrario del Tazzari, con el que hay que pisar con contundencia para frenarlo del todo -imagino que por llevar cuatro discos de freno, y no de tambor traseros como el Reva-i.
En algunas partes del recorrido empiezo a sufrir porque le cuesta algo subir pendientes pronunciadas; pongo marcha de empuje y la cosa mejora sustancialmente. Le cuesta empezar a moverse, pero a medida que alcanza velocidad la aceleración es progresiva y suficiente.
Después de unos 25Km, alternando ciudad y algo de carretera, no habiendo circulado por autopista más que durante un pequeño tramo, llego a Badalona con un 60% aproximado de carga. No me parece un consumo excesivo teniendo en cuenta que no he economizado nada durante el viaje y los acelerones y frenazos han sido constantes.
Día 2 martes
No puedo ir con el Reva-i al trabajo porque no me aseguran un enchufe en el parking. Es una lástima, porque era una de las primeras pruebas a realizar con el coche. Al terminar la jornada cojo el coche. Ayer no lo enchufé, pero sigue con bastante carga, así que me doy un pequeño paseo y aprovecho para ir de compras. Está lloviendo bastante y la parte trasera del coche pierde bastante visibilidad; uso la luneta térmica para desentelarlo y la visibilidad mejora. No tengo problemas con la visibilidad en la parte delantera. El limpia funciona correctamente.
La lluvia no parece afectar al comportamiento del coche. A pesar de acelerar y frenar con contundencia el coche no se ha ido, ni en rectas ni en curvas, en ningún momento. Tampoco aprecio ninguna «fuga» de agua por los marcos de las puertas, ventanillas, etc. Tras las compras, vuelvo a mi parking y dejo al pequeño cargándose.
Día 3 miércoles
De nuevo, tras volver del trabajo, me voy de compras. Para llegar con mayor rapidez he usado el modo empuje en un tramo con cuesta, por la zona de Montigalá. Llego y aparco sin problemas en un conocido centro comercial. Aprovecho para sacar alguna foto.
Qué pequeño se ve el coche; cualquier plaza de parking siempre le queda grande. Aparcar se convierte en una tarea muy fácil. Normalmente no es necesario usar el modo de empuje para subir las cuestas de párking, ya que la velocidad, de todas formas, está limitada a unos 10Km/h y pisando a fondo el motor siempre tiene par para moverse.
Día 4 jueves
Quedo con un amigo para enseñarle el coche y ver qué le parece. Nos damos una vuelta por la zona de la playa. Aprovechando que trae su cámara graba un tramo en vídeo.
Volvemos y paro en una gasolinera para hacerle unas fotos. Después de la sesión de fotos, y puesto que el ambiente con olor a gasolina no le pega al Reva-i, decido volver para casa.
Día 5 viernes
Voy de compras de nuevo. Hago un pequeño vídeo de conducción desde el párking.
Esta vez aparco al lado del centro comercial, donde hay una tienda de coches. Estaciono de nuevo en un espacio enorme para el Reva-i.
Vuelvo al párking y decido no enchufar el coche, ya que la carga apenas ha bajado y prefiero no abusar de las baterías cuando ya tienen un nivel considerable de carga. Aprovecho que tengo el coche para hacer un favor e ir a buscar a alguien al salir del trabajo. Hay bastante tráfico por la ciudad, pero sortear los coches se convierte en algo muy útil: puedo rebasar un coche que espera para girar hacia la izquierda, y los carriles para dos coches me van perfectos.
Al anochecer voy a una cena familiar. Son 4 Km. de nada, así que la carga del coche no me preocupa; lo que sí me preocupa es poder callejear por cuestas muy pronunciadas. Conmigo y otra persona, unos 110Kg extras en el coche, y una subida tremenda, tuve que poner el modo empuje para volver a arrancar, al parar en la cuesta, por el tráfico; al arrancar, pisé a fondo el pedal acelerador y el coche tardó varios segundos en reaccionar. Es la primera vez durante estos días que realmente temo porque el coche me deje tirado intentando subir una cuesta…
Por suerte no fue así. Le costó pero cogió velocidad hasta superar el tramo, llegando a los 25Km/h. En una cuesta tan pronunciada como ésta probablemente la velocidad punta del vehículo supere poco los 25Km/h, pero no es usual encontrarse con algo así por ciudad ni por carretera. Haber superado esta prueba me deja más tranquilo a la hora de tomar el resto de subidas.No encuentro aparcamiento; doy un par de vueltas y por suerte encuentro un pequeño hueco.
A la vuelta es todo bajada, y es una gozada conducirlo; la batería se va cargando y retiene bastante, aunque tengo que frenar de todas formas. Acelera en un suspiro. Mirando la aguja no aprecio una subida del nivel de carga. Supongo que en tan poco tiempo la recarga no ha sido significativa, pero ha ayudado a frenar el coche cuesta abajo. Aparco y dejo el coche cargando.
Día 6 sábado
No cojo el coche. Sigue durmiendo en garaje, enchufado. Imagino que no habrá problemas con eso.
Día 7 domingo
De buena mañana decido dar un paseo para probar el coche por autopista. Está limitada a 80Km/h, como toda la zona metropolitana. El trayecto no es largo, pero la velocidad punta del coche es claramente un impedimento para circular sin obstaculizar el tráfico. Algo que no ocurre en carreteras secundarios puede ser un problema en autopista. Llego a la zona y doy media vuelta. Aprovecho para grabar un pequeño vídeo, que empieza en cuesta arriba en Montgat y termina en mi párking.
Por la tarde quedo con dos amigos que me ayudan con la última prueba, para despedirme del Reva-i: circular con 3 personas dentro. La operación parece complicada por la falta de espacio; con el asiento pasajero adelantado al máximo la persona de detrás cabía sin demasiado espacio libre, pero para sacar de un apuro sirve. Salimos de la rampa del párking sin mayor complicación, y una vez en llano, por ciudad, no parece que el peso extra de dos ocupantes aparte del conductor afecte demasiado al rendimiento del coche. Es una prueba verídica: el Reva-i puede llevar tres pasajeros si una situación lo llega a requerir.
Comentarios finales
Para concluir tengo que decir que el Reva-i es un coche que me ha sorprendido gratamente desde un primer momento. Sus cifras iniciales de potencia y autonomía parecen pobres, pero después de convivir con él se me antojan suficientes. La principal crítica del coche es su aspecto exterior, algo de lo que uno se olvida una vez va circulando, y más pasados unos días. Es divertido de conducir por ciudad; tiene una salida muy buena para los semáforos, su estrechez es un una excelente cualidad para circular y para aparcar sin problemas. Es muy sencillo desplazarse con él y durante esta semana cualquier excusa me ha parecido buena para cogerlo y dar una vuelta.
He llevado a varias personas y todas ellas han coincidido en lo mismo: es un coche ideal para ciudad y corre más que suficiente. No es lo que podríamos llamar un coche especialmente silencioso por ser eléctrico, pero el silbido del motor engancha bastante, sin llegar a ser molesto. Con la música puesta uno apenas es consciente del motor y en las paradas la tranquilidad que aporta, con silencio y ausencia de vibraciones es sublime, inalcanzable con otro tipo de vehículo. Su punto más flaco de su rendimiento son las cuestas pronunciadas, donde pierde algo de velocidad, y en casos más extremos hay que usar su marcha de empuje para aportar algo más de vitalidad al motor.
Personalmente he encontrado que este aspecto lo descarta, como es evidente, como coche para circular con cierta asiduidad por carreteras rápidas como autopistas, mientras que por secundarias no tendría que haber mayor problema que el de circular a menor velocidad de lo que se pueda estar acostumbrado. Se podría comparar con una moto pequeña, pero con el plus que nos aporta el Reva-i: no nos mojamos en lluvia, tenemos calefacción, dos plazas cómodas y dos traseras perfectamente utilizables para hacer las compras o llevar niños, y a poco que tuviéramos la desgracia de sufrir un accidente un coche nos protege considerablemente más que una caída en moto.
El aparcamiento rara vez se convierte en un problema debido a su tamaño, y los impuestos son bajos debido a su baja potencia (aproximadamente, en Barcelona, un euro y medio anual). Su mantenimiento también es practicamente nulo.
Nuestros agradecimientos más sinceros a los chicos de Emovement por su colaboración y en especial a Francesc por la excelente atención prestada en todo momento.
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